martes, 31 de enero de 2012

Asiento 37: junto a nuestra encina



Se dice Tenencia ilícita de armas,
donde jamás el plomo se alarma
por ser de una u otra carne.
Pero ejemplo muy distinto es
nuestra tenencia, esta encina,
de apenas diez centímetros de altura.
Sabemos donde está, lo que resiste,
sabemos el tiempo que ella tiene
para saberse de memoria,
sabemos que nos montará en vida.
Del clamor, también sabemos
que ella, en vida, día a día
y en amplio silencio emite.
Sabemos donde está y qué nos destina.





Tema de Cañizares, titulado Añorando el presente, fantasía de su último disco, Cuerdas del alma.

3 comentarios:

Inés González dijo...

Allí tirarás mis cenizas Tempero, allí las tirarás y la otra mitad el Garyu en Ampimpa.

Inés González dijo...

He vuelto leer tu poema, al final ayer por pensar en mi muerte no te comenté nada, a golpe de ojo me gustó el comienzo "se dice tenencia ilícita de armas", viejo artículo de los códigos penales mundiales, como el tenencia ilícita de material subversivo, materiales explosivos, asociaciones ilícitas y cuántas yerbas más.
Este poema tuyo tiene ironía,crítica velada, o quizás advertencias, será que volverá la costumbre de rotular lo ilícito?

JosepMª dijo...

El milagro
de un árbol nuevo.
Y el desgarro
diario
de miles de árboles
talados.
La Amazonia es un Negocio.
Un Descalabro.
Un Crimen
¿A dónde va(mos)la Humanidad?

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