jueves, 29 de marzo de 2012

Asiento 41: nuestra alameda


Hagamos un alunizaje, tú y yo,
hacia esa nube perezosa
que marca el suelo de hiriente blanco.

Sólo si el verso es agua
se clava el poema en medio.

Coge posición,
avanza
y dile a tu cintura
que aquellos álamos
son una reserva de sombra.





Al campo los dos nos fuimos, soleares de Rancapino, a la guitarra Paco Cepero.

Los dos nos fuimos al campo
a contarnos nuestras penas,
y éstas desaparecieron
al contemplar las estrellas.

La luna te vio llorar
y me lo vino a mí a decir,
y aunque tu gente no quiera
gitana, serás pa mí.

No quieras vivir la vida
tratándola de arreglar,
que te volveras loco
y en claro no sacas na.

lunes, 26 de marzo de 2012

Asiento 40: íntima sonoridad


El vino como aledaño de un rostro,
el vino bebido a partes iguales
hasta llegar al perfil del sol.

No hay jamás una pupila hermética,
esa persona a quien miras
y en quien cabes dentro.

No soy un pecio acomodado,
sí una húmeda porción
de raíces movilizadas.





La parrala, alegrías de Guillermo Cano.

martes, 20 de marzo de 2012

Asiento 39: correrías del color


Esqueje como palabra adormecida que ahora saco junto a la cal: lo que en planta se desarrolla y que en tallo te daban. Geranio sale ahora como primavera, como elogio sencillo del color. El agua es una bola blanca que acomoda a la semilla o la divide del barro. Tierra negra escogida tenían aquellos tiestos de mi infancia. Cada esqueje pronunciaba las palabras justas. Nuestro viento era nuestra forma de correr.


Farruca de Renaud García-Fons y Pedro Soler de su disco Suite Andalouse (Amo este Sentir Farruco.)

sábado, 17 de marzo de 2012

Silla de anea e infancia

Cuando era chica, mi tobogán estaba enfrente de casa, en las Peñolillas, en una piedra perfecta para ello y en la cuesta de tierra poniéndome un cartón en el culo. (C.M.L.)



Luminaria, vamos a hacer una luminaria, luminaria eran cuatro palos recogidos en calles aún de barro. Palos prendidos para hacer del fuego un puñal de luz. Éso es la infancia: un puñal de luz.



A la orilla del alma, Seguirilla de Javier Limón

miércoles, 14 de marzo de 2012

Asiento 38: la silla y su sed



Hago una pregunta como quien tiene clavos en la garganta:

¿Quién ha degollado al agua?

El arroyo seco,
la fuente ahogada, sin idioma.
Claro lenguaje mudo.

¿Quién ha degollado al agua?



Soleá Mora de Juan Carmona