martes, 20 de diciembre de 2011

31+2: sopa de chocolate



















Qué precisión tiene la boca
para vivir entre los labios
y decir, del recuerdo,
lo que buenamente puede.
O a veces nada.


(A Tomás Rivero, un gran comensal, buen bebedor y loco de desatar.)




Fandangos de Antonio Núñez, El Chocolate.

Más bonita no la he visto,
ni la pintan los pintores,
ay dios mío de mi alma,
más bonita no la he visto,
sin pintura ni colores,
lavada con agua del grifo
con la que riego mis flores.

Un amigo lo es cualquiera,
y un enemigo también,
un amigo lo es cualquiera,
lo difícil es comprender
quién es el amigo de veras
y el que te vende después.

8 comentarios:

Tomás Rivero dijo...

Me acuerdo de ese nada. Ese nada, dónde es mejor no recordar.

No entiendo mucho de flamenco, pero creo que es un buen fandango. Aunque me gusta la guitarra casi más que la voz del Chocolate. Y me gusta la letra:
lo difícil es comprender / quién es el amigo de veras / y el que te vende después.

Gracias por tu dedicatoria, Manuel. Comimos de puta madre y bebimos mejor.

Un fuerte abrazo.

PD
¿A quien le damos el premio a la mejor foto, Manuel?

ícaro dijo...

Mis últimos días están transcurriendo en una abundancia de imágenes, en un derroche, un buen derroche que no va en detrimento para nada de la palabra.

A esto se deberá que he situado las palabras de tu poema en ella, así, literalmente en una boca. Echale un poco de imaginación y dales vida en el paladar, mójalas en la lengua, muérdelas incluso, que resbalen y se acomoden en los minúsculos surcos de los labios, que respiren (unas fuerte y otras suave) y salgan al aire. A las calladas del recuerdo búscales acomodo en algún hueco. No son mudas, sólo están calladitas.

JosepMª dijo...

Qué hermosura!
Crema de leche y huevo.
Filigrana de chocolate
y bordes de caramelo.
Déjanos caer en la tentación,
Tempero.
Con los cinco sentidos.
Y con el sexto.

Tempero dijo...

Tomás, siempre pensé que la nada está llena de astucia. Nadar a favor de corriente y colarse por los afluentes del buen recuerdo creo que es lo mejor.
Las letras del flamenco tienen mucha vida. Tratan mucho los desencuentros. Aparte del blues que controlas, ya te iré yo iniciando en el flamenco.
Del vídeo, a mi me priva la niña no tan niña que mira. Ese es el flamenco bueno, el que está al alcance de la mano.

Abrazos. Volveremos a beber.

Ex-aequo.

Tempero dijo...

A los poemas que así se colocan tal y como dices, Icaro, les sucede lo que a los garbanzos y las alubias en agua. Se hinchan, crecen y, si los dejásemos en la tierra, hasta germinarían.
No hay palabras mudas, sólo hay ojos que no las ven.

Tempero dijo...

Aparquemos el sexto mandamiento, ¿no?, Josep.

La tentación no sólo viene de arriba, ni de Marilyn (que mucho le gusta a Tomás). La tentación es un surco sobre el que tenderse.

Caeros.

Un abrazo.

shandy dijo...

Gratos recuerdos de sabores y texturas -sobre todo sin son dulces-, guarda la boca. Se come y se bebe, se degusta y saborea con los cinco sentidos (como todas las buenas tentaciones). Bien lo sabía la iglesia que convirtió a la gula en pecado capital.

Has hecho bien en poner el vídeo. Que espectáculo ver a El chocolate y los compadres: ¡ole!

América dijo...

Al ver la imagen en seguida he recordado "Como agua para el chocolate'',en cuanto al fandago da para mucho,los Montoya,los chasquidos de los dedos,el bastón,los rostros y esa letra llena de matices.La voz la expresión del cantar y lo que cada sentimiento va generando,un video de antología.
Un fuerte abrazo.

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