viernes, 16 de diciembre de 2011

31+1




















Que a cada vivo vuelo
una rama lo proteja,
una roca lo interprete.

Sean, si se quiere,
esos tres versos iniciales,
un lema
para no pasar nunca por alto.
Si un ave vuela, un ratón corre,
una perdiz canta sobre la escarcha,
un arroyo menudea con cualquier oído,
aunque se sea sordo,
y más cosas ocurren,
todas en cadena,
en cadena libre.
Lo digo, me lo digo,
no hallaré jamás desperdicio
en un vuelo,
hallaré longitud, envidia,
y cierta mofa
a la gravedad,
al plomo
y a todo aquello
que a la muerte vincula.

Vivo te veo
vuelo.
Te aplico el lema
desde mi reposo.



Calima, de Gerardo Núñez (Versión 1)

12 comentarios:

JosepMª dijo...

No hay desperdicio en un vuelo.
El desperdicio es truncarlo.
Y un crimen
cortar las alas
de quien quiere volar.

Tu poema de hoy
cala hondo:
Respeto por la Vida.
A pesar de los mal nacidos
_y a todo aquello
que a la muerte vincula_

Para todos,
a veces,
no es fácil,
pero hay que mantener
las manos
y el corazón
limpios
entre los inocentes,
hasta la muerte.

Ya me estoy acostumbrando
a clicar
en tu barrita musical.
Y que me salga
una guitarra
que me envuelva...

América dijo...

No hay desperdicio en un vuelo, jamás ,abarca más que la una profunda mirada,más que cien pasos seguidos,en un vuelo se abraza el mundo.

No había escuchado esa (Versión 1) como la denominas de Calima,viene intensa pero cuando vuelve ha entrar la guitarra como arropa lo demás,aun cuando persiste el duelo.(Conjeturas mías).
Un abrazo,si abundo enredo.

Carmen dijo...

esta fotografía con la silla ausente es poética

a veces sucede que una ausencia es presencia, lo he sentido en algún concierto mágico en el que un músico dejaba de tocar su instrumento durante una canción entera pero no abandonaba el escenario, para mí era neceserario en esa ausencia, en ese silencio hacía patente su presencia


Te dejo de regalo una serie de esta misma mañana, no es poética como la tuya y excepto una fotografía están todas sacadas en movimiento

Toma este movimiento como metáfora a tu poema

Ventana indiscreta dijo...

Me gusta la coreografía viva de tu ave rapaz y la coreografía silenciosa que yace bajo tu poema.

Besos.

Inés González dijo...

Me gusta mucho la luz plomiza de esta foto Manuel, con ese pájaro batiendo casi esforzándose las alas.
Esa alameda tan cargada de historias y voces.
Llamando al reposo y la contemplación.
No sé qué pasa con este programa que no puedo escuchar correctamente los temas musicales que cuelgas, me los pierdo.
bsss

Isolda Wagner dijo...

Intento ponerme al día, Tempero; he escuchado toda la música que me había perdido; hay maravillas. Tu silla y tus palabras son cada vez más profundas. Me gustaría ser como otros de los que vienen y contestarte con la misma poesía que te gastas, pero es difícil añadir algo a tus entradas.
Besos que vuelen.

Tan solo ahora me di cuenta que te comenté en Tempero, que has reabierto. Avisa, Manuel, que no quiero perderme más cosas.

Tempero dijo...

Josep, estarás conmigo en que no hay desperdicio en un vuelo como tampoco lo hay en el arrastre de una lombriz. La cadena de movimientos, sean por tierra, por mar o por aire, están imbricados. La lástima es que los ejércitos discurren por los mismos ámbitos.

Un abrazo, Josep.

Me alegra que disfrutes de la guitarra. No te despistas de una nota. La próxima será con cante.

Tempero dijo...

América: no vivimos en la época del consumo, como dicen, vivimos en la época del desperdicio. Yo pienso: cuanto más desperdicio genera algo que se consume más nos atrasa. Y no se trata de reciclar, se trata de no causar desperdicio. Hoy, en España, cada vez se hurga más en los contenedores de desperdicios. Algo va mal. Fijémonos qué desperdicio causa un vuelo.

Hay tres versiones de Calima. Ya te daré cuenta de ellas. También las traeré a este espacio.

Besos.

Tempero dijo...

La poética de una imagen puede estar tanto en una torreta de alta tensión con un nido como en un árbol. El poema es observación, extrañeza, rabia, emoción, asombro. Y sobre todo aportar singularidad.
Ícaro, a la silla la he concedido unos días de vacaciones.

Gracias por el regalo lleno de voltios.

Tempero dijo...

Sofía, jamás me verás bailar a mí. Con las piernas soy un negado. Con la palabra hago mis pinitos.

Un beso.

Tempero dijo...

Esa alameda tiene mucho de mi infancia. Ahora está llena de milanos y cuervos. Es un gozo estar a la espera de su coreografía, como dice la Sofi. Con una cámara mejor u un gran objetivo se podrían sacar mejores vuelos. Pero no me quejo de ese. Parecía un prolongación de las ramas.

A mí me gusta más el azul extenso.

Besos.

Tempero dijo...

Isolda, pues no digas nada a mis palabras. Dime qué te parecen las ramas, la silueta del ave rapaz. Un duende me dice que disfrutas mucho. Y eso me basta.

Un beso.

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