martes, 25 de octubre de 2011

Asiento doce

























Si tu brazo
no huele más allá de tu cuerpo,
si tu cuerpo
se mimetiza en campo,
si el toro
no te vacía el miedo,
si no quiebras el paso.

Su testuz será
la entrada a tu mano.


Oración, tema de Manolo Sanlúcar de su disco TAUROMAGIA

7 comentarios:

Inés González dijo...

Ay esta silla Manuel! a veces es el Ojo de Dios como en esta foto, otras simplemente asiento a la deriva, expectador, filósofo, poeta rumiador, ay esta silla Manuel!

América dijo...

Una panorámica preciosa,unos versos acertados y cuatro minutos de gloria escuchando "Oración"
Un cordial saludo.

JosepMª dijo...

A través de tu silla,
Aguda mirada.
Toros.
Una vida regalada,
sana y natural.
Toros muy machos,
cercados
sin hembras.
Huele mal.

Preparando la Fiesta.

¿Qué nos falta?
¿Sentido común?
¿Compasión?


La guitarra de Manolo Sanlúcar
siempre prende.

Tempero dijo...

Tú que conoces esa silla, Inés, sabes que a veces tiene de Dios lo que nosotros eternos. Esa silla también llora, también empequeñece, también recuerda.

Tempero dijo...

Tauromagia está lleno todo él de minutos de gloria. Imagino que lo habrás escuchado entero, América. Sanlúcar también es otor de nuestro guitarristas más sutiles.

Pero esos cuatro minutos mencionados me han llevado a recomendarte una película que se titula así, pero en alemán y protagonizada por una inmensa Hannah-Rebecca Herzsprung. El título:

VIER MINUTEN

Una hermosísima película sobre el acto creativo y sus convulsiones.

Mira este vídeo (salvando la publicidad, claro):

http://www.metacafe.com/watch/2995650/vier_minuten_final_scene/

Saludos, América.

Tempero dijo...

La guitarra de Manolo Sanlúcar prende tanto como se desprende. Desprender el intimismo es lo que hace esa Oración.

Tres preguntas encadenadas nos haces, siempre con tu acertada agudeza, Josep. Pero no seré yo quien te las conteste sino quien te las pregunte:

¿Qué nos sobra?
¿Estupidez?
¿Desconcierto?

Un abrazo, Josep.

P.D. No es una ganadería brava lo que la silla ve, sencillamente una finca de vacas y terneros de carne que parecen toros (y realmente de cerca lo parecen por su mirada aviesa).

JosepMª dijo...

Una sentencia de Einstein:
(se non è vero, è ven trobato)

Sólo hay dos cosas infinitas:
El espacio
y la estupidez humana.
Y de la primera,
aún no estoy seguro.

El poema
me hizo ver toros.
No me habría desmelanado
por los terneros.
Que nuestra sociedad es carnívora.
Lo que me duele
es el espectáculo del dolor.

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