domingo, 9 de octubre de 2011

Asiento dos



















Entre tanto
una rama seca me da la espalda.

El estío diseñado en todo árbol
que pronuncia agua y que no le llega.

La encina en lo más alto y en lo más vivo,
la encina en su quemazón de años,
en sus desgajados capilares.
Pero la encina nueva y su granero de raíces,
continua forma de hablar del fruto.

Tengo siempre quien me habla por detrás
mientras ahondo suave hacia adelante.
Hablar y ser solo en el campo
empieza ya a ser categoría de pocos.
Porque,
¿quién la emprende con un árbol
que todos los días hace de fuente hasta el participio?
Vivido no es que pasen doscientos,
por poner un ejemplo en años, vivido
es entender que no hubo renuncia al frío,
que el sol jamás fue un enemigo
y que el agua, si amaga, ya es un sentir.
¿Y quién la emprende así ahora?




Soleá por bulerías de Rafael Riqueni.

7 comentarios:

JosepMª dijo...

Estuve encerrado.
En mí.
Demasiado.

Mi cuerpo acusó dolor.
Y mi alma, desengaño.

Pero, aún estoy vivo
y me doy cuenta.

Procuro recobrar
a los amigos olvidados.

Te encuentro
en casa nueva.
Y
¿sabes?
Aquí tambien se repira
aquel aroma
de cuando venia,
tiempo ha,
a tu anterior recinto
de paz.

Isolda Wagner dijo...

Me encanta cómo vives lo vivido de la encina. Me gusta esta silla que te va a seguir por donde quieras mirar y me alegra ver de nuevo Miquel en poesía. No puedo pedir más, solo disfrutar de tanta hermosura.
Besos pra uno, petons para el otro, da igual pero muchos.

Isolda Wagner dijo...

Dije Miquel, pero me habrás entendido Josep Mª. M'en alegro moltissim.

Inés González dijo...

Esta silla provoca a sentarse al revés, a horcajadas, las manos agarradas a los barrotes del respaldo, como un prisionero minimalista.

Tempero dijo...

Josep María, me alegra que respires ese aroma de paz. No pretendo nada, tan solo que os halléis cómodos. Gracias. Desenvaina el dolor y lánzalo.

Tempero dijo...

Isolda: de la vuelta e Josep nos alegramos bastantes. Yo en el campo no sólo vivo. A mí, como a otras personas que conozco, me traspasa.

Tempero dijo...

Inés: o dar la vuelta a la silla y mirar de lleno a la encina. Ese efecto de los barrotes que tú dices ya lo he fotografiado. Ya me dirás si lo he conseguido. Algún día te diré que te sientes tú, a ver que tal te sienta.

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