miércoles, 9 de noviembre de 2011

Asiento diecinueve

























El boomerang
que a mi boca llegue,
tenlo, por más que seguro,
fijo por retorno.
Si hiere,
en grito hablará.
Si ama,
lo habré acondicionado,
sin duda,
el tiempo suficiente
de sabor
en mi boca
antes de transferírtelo
en igualdad de condiciones.
Si mata,
no lo dudes,
el boomerang
será tu hoz.




Bulería de Son de la Frontera


10 comentarios:

Shandy dijo...

Reza el estribillo de una linda canción de Jorge Drexler:
Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.

En las relaciones humanas y en los afectos, las correspondencias -para bien y para mal- casi siempre sueles ser recíprocas, vuelos de ida y vuelta. Pero en ese "casi" resta un margen de libertad que nos permite decidir sobre la conveniencia de neutralizar o atrapar en el aire ciertos boomerangs, antes de su regreso, para no entrar en un absurdo vórtice que roba demasiada energía. Claro que esto requiere gran inteligencia, habilidad y destreza por parte del receptor. Uf,uf, me gusta pensar... Síiiii... Y también me gusta la composición -impactante- de la foto, y el texto. Muy bien imbricados.
La bulería, fantástica: vaya esgrima de Toma y Daca. Reto y ´desafío... Me voy taconeando.
Bicos

JosepMª dijo...

La foto,
de escalofrío.
Hoy no me siento.

Certeros los versos.
El boomerang y la hoz.

Nos podemos herir,
amar o matar.
Aunque hay variados métodos,
es el mismo juego.
De boca a boca.
Y tiro porqué me toca.

Inés González dijo...

Si es que me quieres matar,
no esperes a que me duerma,
pues no podré despertar.
Muerto,
ay, muerto y también dormido,
no es ni morir ni soñar,
no es ni recuerdo no olvido.
Muerto,
ay, muerto y también dormido.

Mátame al amanecer,
o de noche, si tú quieres;
pero que te pueda ver
la mano;
pero que te pueda ver
las uñas;
pero que te pueda ver
los ojos,
pero que te pueda ver.

Pareciera que la silla le dice este poema de Guillén al rostro engullidor y voraz que la pared esconde...

Isolda Wagner dijo...

Más claro no lo has podido decir. Después de semejantes comentarios, me callo y disfruto muchísimo de ellos y de tu conjunto exquisito.
Eres un gran artista, ¿te lo han dicho ya?
¿Cuándo vamos a ver esa playa de las vagonetas? (todavía las recuerdo)
Besos dando palmas.

América dijo...

Perturbador encuentro,eso es un duelo.
Esa Bulería coincidimos, es espectacular.
Saludos...

Tempero dijo...

Cansado estoy de oír lo que me ha dicho mi madre muchas veces, antes mi padre: la vida son rejas vueltas.Es un dicho como el del boomerang pero a ras de tierra. Shandy, pensar consume. Ahora podría darme por pensar a mí muchas cosas, pero el efecto boomerang me parecería que tendría un efecto nocivo. Mejor ni pienso ni me consumo. Suelto las cartas; a ver si me vienen mejores. Baraja bien, eh tú. Sí, tú.

Tempero dijo...

Creo que exageras. Fotos de escalofrío las hay a diario sin cámara. Al fin y al cabo lo que yo hago es un montaje para compartir y acoplarle una visión poética y de pensamiento.

La guadaña es bella y más larga que la hoz. Mi padre la usaba para la alfalfa. Que ningún fin tenga el filo de la hoz y la guadaña que el de cortar el pan.

Abrazos, J.

Tempero dijo...

Amiga Inés: ¿Y si añadimos este otro poema del Guillén, pero del nuestro, del Jorge. Hermosa cita la de Valéry:

MUERTE A LO LEJOS

Je soutenais l'éclat de la mort toute pure.

VALÉRY


Alguna vez me angustia una certeza,
Y ante mí se estremece mi futuro.
Acechándolo está de pronto un muro
Del arrabal final en que tropieza

La luz del campo. ¿Mas habrá tristeza
Si la desnuda el sol? No, no hay apuro
Todavía. Lo urgente es el maduro
Fruto. La mano ya lo descorteza.

...Y un día entre los días el más triste
Será. Tenderse deberá la mano
Sin afán. Y acatando el inminente

Poder diré sin lágrimas: embiste,
Justa fatalidad. El muro cano
Va a imponerme su ley, no su accidente.

Tempero dijo...

Me han dicho que suelo tener aristas. Lo de artista me lo dices tú porque eres demasiado subjetiva. En serio, M.J. Al final estuve por Marbella con mi sobrino en un viaje relámpago. No te llamé. ¿Me perdonas?

Un beso.

Tempero dijo...

No sé por allá, América, pero por aquí la vida para muchos comienza a ser un duelo. Y quebrantos. Y quebraderos de cabeza. El grito es necesario, las cuerdas vocales tienen mucha elasticidad.

Saludos muy flamencos, R.

Publicar un comentario