viernes, 21 de octubre de 2011

Asiento nueve



















Hay un bosque a lo lejos.
Me amenaza sin yugular.
Lo persuado,
intento vivirlo
aunque lo desprecien
por una rápida carretera.

Hubo un bosque a lo lejos.
Le bastó
morir por sí mismo.



Cabal del planeta, de Diego Clavel

no creo en nadie
no creo en nadie
no creo en ná
en este mundo
no creo que quede
ná de caridad

5 comentarios:

Carmen dijo...

entre todos lo mataron y él solito se murió

JosepMª dijo...

Para nuestra pena,
en toda la Tierra
hubo un bosque a lo lejos.

Recuerdo el de mi niñez.
Tocando al Ebro.
Muchos álamos.
Chopos.
Sauces.
Mimbreras.
Algún fresno.
Inmenso cañaveral.
Hasta las zarzas eran preciosas.
Y deliciosas.

Lo arrasaron.
Ni bosque, ni pájaros.
Pajarracos, sí hay:
Una especie invasora
que trajeron de no sé dónde.
Y las urracas,
que proliferan, demoníacas
por zona campestre
y urbana.
La carretera,
mortal para todo viviente,
para ellas, es festín.

Qué panorama!

Triste canción nos propones.
Estremecen la voz y la guitarra.
Quiero creer
que queda
Misericordia.

No sé decir
qué veo en la fotografía de hoy.
Entre lo nítido y lo borroso.
Me encanta.
Tal vez el añejo brillo
de la madera torneada.
Tal vez aquel árbol
desenfocado...

Tempero dijo...

Ese es un dicho popular, ¿no?, Icaro.
Lo cierto es que la mejor muerte es la de uno solo, sin nadie, y sin sufrimiento.

Tempero dijo...

Llamas demoníacas a las urracas. Supongo que lo harás con el distintivo de cariño. A mí me parecen muy listas, oportunistas y muy adaptadas a los tiempos que corren.
Desde luego que las cotorras son especies invasoras que causan estragos, como el mejillón cebra.
Pero el mayor demoníaco invasor sabes que es el hombre. Invade porque ha perdido la capacidad de sujetarse a un sitio y conformarse con su neto alrededor. ¿Codicia? Da para mucho lo que dejas al descubierto en tus comentarios.

Respecto a la música: me alegra que atrapes la música que propongo.

Saludos, con más.

Carmen dijo...

sí, es un dicho popular que trasladado a chiste popular podría ser el del hombre que cada día echa un poco menos de comer al burro hasta que se muere de hambre, entonces dice...vaya, ya que lo tenía acostumbrado va y se muere

el burro posiblemente se murió solo y seguramente no le hizo gracia el chiste

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