jueves, 3 de noviembre de 2011

Asiento dieciséis




















Que a partir del mar
mi voz se provea de remos.
Que a partir del mar
mi carga madure sobre un corcho.
Que mis dientes sean de sal,
a partir del mar.




Soleá de Renaud García-Fons

4 comentarios:

JosepMª dijo...

Esta foto me rebela.
Frente a frente:
La silla está vacía.
Y el horizonte ocupado.
Vamos perdiendo
la sal de la tierra,
que es la sal del agua.
¿Cómo podremos salvar su sabor?

Hoy he recogido
dos piezas(de música)de gran calidad:

Birds of dawn de Stephan Micus.
http://estar-al-acecho.blogspot.com/

Y esta soleá que nos regalas.
Las voy a guardar en mi archivo musical,
del que, cada dia, escucho un pedazo.
Ayuda a sobevivir.

Tempero dijo...

No es fácil contestarte en ocasiones.
Esa torre era el final de un conjunto de otras torres que venían de tierra adentro. Fue utilizada para cargar sales a los barcos.
Pero tú cifras en tú comentario esos cuatro versos dentro de un censo vital:

Vamos perdiendo
la sal de la tierra,
que es la sal del agua.
¿Cómo podremos salvar su sabor?


Desde luego que ya desalamos el agua del mar. Y a la tierra tres cuartos de los mismo. El problema es un desequilibrio en la ósmosis humana.

Todo lo que aparece aquí es un regalo. Tú lo escuchas en paz.

Abrazos, amigo.

América dijo...

La imagen es poesía tempero,la pieza musical espectacular y sin duda tienes remos para llegar con tus letras.
Un regalo sin duda.

Isolda Wagner dijo...

Cómo me suena esta imagen. Tú sueles estar atado a la tierra, yo sin el mar no vivo. A fin de cuentas, el origen está en el agua y la sal.
Besos, sentada ahí.

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