Esa silla vacía hoy me habla de la ausencia total,de las partidas sin retorno y de aquellos que llevamos por siempre en el corazón,la Siguiriya me ha atravesado el costado, efectivamente los latidos de la muerte se sienten en las venas, también se muere de pena y desilusión.
De tierra a madrugada vas, si el día llueve tristeza, allí donde tu cuerpo inaugura su sombría majestad, su luto. Pero en torno al deseo, boca efímera, ¿qué esperas de esa última revelación, ese relámpago de oscuro desconcierto? Piedra serás, rama muerta, máscara fiel en el exilio de esta ciega noche.
De paz los cementerios están llenos. Eso creo, Sofía. Digamos que hay como una paz inquieta. Ese sitio es muy recomendable para charlar, para correr (alguna vez lo he hecho y me han llamado la atención diciéndome que no era sitio ese para...), se corre de maravilla, silencio. Un sitio que si lo disfrutas te toman por loc@. En la vida, que nos quiten lo bailoteao.
El no retorno es algo que en nuestro modo de concebir la vida nos surte de desasosiego y tristeza. La certeza del no retorno cuesta digerirla. A mí también. Para ello los recuerdos, trabajar en ellos. ¡Qué forma de entrarte la seguirilla!,¿no?
Inés, por nuestra complicidad, por nuestro conocernos te voy a retocar un tramo de ese poema cuyo autor tanto reivindica Gamoneda.
Sabes que en torno al deseo, siempre boca ancha, de ballena. Aunque no todo el krill es deseo. Ser un tragón es otro cantar. Y aquí, el buen cante prima.
9 comentarios:
...qué paz...qué bene-ficio este sitio tuyo... cuánto bien para mí
Un beso, tempero
Esa silla vacía hoy me habla de la ausencia total,de las partidas sin retorno y de aquellos que llevamos por siempre en el corazón,la Siguiriya me ha atravesado el costado, efectivamente los latidos de la muerte se sienten en las venas, también se muere de pena y desilusión.
De tierra a madrugada vas, si el día
llueve tristeza, allí donde tu cuerpo
inaugura su sombría majestad, su luto.
Pero en torno al deseo, boca efímera,
¿qué esperas de esa última revelación,
ese relámpago de oscuro desconcierto?
Piedra serás, rama muerta, máscara fiel
en el exilio de esta ciega noche.
Alvarez Ortega
Ante la cierta muerte,
que no temo,
dejo la sosegada silla
y sigo el camino.
Hasta donde me lleve...
De paz los cementerios están llenos. Eso creo, Sofía. Digamos que hay como una paz inquieta. Ese sitio es muy recomendable para charlar, para correr (alguna vez lo he hecho y me han llamado la atención diciéndome que no era sitio ese para...), se corre de maravilla, silencio. Un sitio que si lo disfrutas te toman por loc@. En la vida, que nos quiten lo bailoteao.
El no retorno es algo que en nuestro modo de concebir la vida nos surte de desasosiego y tristeza. La certeza del no retorno cuesta digerirla. A mí también. Para ello los recuerdos, trabajar en ellos.
¡Qué forma de entrarte la seguirilla!,¿no?
Gracias por atravesar el mar hasta este espacio.
Inés, por nuestra complicidad, por nuestro conocernos te voy a retocar un tramo de ese poema cuyo autor tanto reivindica Gamoneda.
Sabes que en torno al deseo, siempre boca ancha, de ballena. Aunque no todo el krill es deseo. Ser un tragón es otro cantar. Y aquí, el buen cante prima.
Te dejo Josep, este poema de Giuseppe Ungaretti
Non gridate più
Cessate d'uccidere i morti,
Non gridate più, non gridate
Se li volete ancora udire,
Se sperate di non perire.
Hanno l'impercettibile sussurro,
Non fanno più rumore
Del crescere dell'erba,
Lieta dove non passa l'uomo.
Su traducción, a cargo de Carlos Vitale (en le libro de G.U. titulado 'EL DOLOR', en Igitur Poesía) es la que sigue:
No gritéis más
Dejad de matar a los muertos,
No gritéis más, no gritéis
Si aún los queréis oír,
Si esperáis no perecer.
Tienen un imperceptible susurro,
No hacen más rumor
Que el crecer de la hierba,
Dichosa por donde no pasa el hombre.
Creo, y te juzgo, que al lado de donde tú pisas sí sale hierba.
Y con tiempo para permanecer...
Besos, Manuel.
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