sábado, 31 de diciembre de 2011

viernes, 30 de diciembre de 2011

32: Frost



















En la pradera
ha bajado la escarcha
para verla Tú.


Recuerdo (Soleá libre), Son de la Frontera

martes, 27 de diciembre de 2011

31+4: resortes del tiempo


























Tienes a la vista el vaivén del tiempo,
no como paso elevado ni como gruta.
Al alcance de la mano tienes el mar
que cayó en esa piedra y que hoy,
con solo tocarla, sabes que entraña
miles y miles de años
a través de sus fósiles.
Mientras tocas a algo, o a alguien,
hay un periodo de consistencia,
de audiencia con el verbo y la palabra.




Alegrías de Córdoba, de Miguel de Tena. Su título, Vaivén.





miércoles, 21 de diciembre de 2011

31+3





















Me adelanta el paso el vuelo,
me lo hace quedo.
Se hacen fuga,
por instantes,
mis brazos.
Se decantan ramas y aire,
a mi suelo.




 

 Calima, de Gerardo Núñez, versión 2, de su disco CRUCE DE CAMINOS, en colaboración con el saxofonista Perico Sambeat. Versión más jazzística.

martes, 20 de diciembre de 2011

31+2: sopa de chocolate



















Qué precisión tiene la boca
para vivir entre los labios
y decir, del recuerdo,
lo que buenamente puede.
O a veces nada.


(A Tomás Rivero, un gran comensal, buen bebedor y loco de desatar.)




Fandangos de Antonio Núñez, El Chocolate.

Más bonita no la he visto,
ni la pintan los pintores,
ay dios mío de mi alma,
más bonita no la he visto,
sin pintura ni colores,
lavada con agua del grifo
con la que riego mis flores.

Un amigo lo es cualquiera,
y un enemigo también,
un amigo lo es cualquiera,
lo difícil es comprender
quién es el amigo de veras
y el que te vende después.

viernes, 16 de diciembre de 2011

31+1




















Que a cada vivo vuelo
una rama lo proteja,
una roca lo interprete.

Sean, si se quiere,
esos tres versos iniciales,
un lema
para no pasar nunca por alto.
Si un ave vuela, un ratón corre,
una perdiz canta sobre la escarcha,
un arroyo menudea con cualquier oído,
aunque se sea sordo,
y más cosas ocurren,
todas en cadena,
en cadena libre.
Lo digo, me lo digo,
no hallaré jamás desperdicio
en un vuelo,
hallaré longitud, envidia,
y cierta mofa
a la gravedad,
al plomo
y a todo aquello
que a la muerte vincula.

Vivo te veo
vuelo.
Te aplico el lema
desde mi reposo.



Calima, de Gerardo Núñez (Versión 1)

domingo, 4 de diciembre de 2011

31

Abril: o áer apousa unha cidade nas ponlas
das bidueiras de abril. O noso fogar é.


Abril: el aire posa una ciudad en las ramas
de los abedules de abril. Es nuestro hogar.


Álvaro Cunqueiro, O POETA ESCOLLE ABRIL (El poeta escoge abril)























Ese adiós como larva intermitente,
ese verso lleno de retrospectiva,
la férrea disciplina del desvanecimiento,
la claridad del pasado
siempre,
siempre con su perfil de lengua,
el paisaje al que somos devotos,
aquella encina sola, aquel pino inclinado,
la gavia abierta como alimento,
esa adhesión a las mínimas cosas,
querencias,
querencias,
una botella durmiente para el último brindis,
una lluvia cereal de marzo
con un más allá de abril.




Minera honda de Gerardo Núñez con un más allá de trompeta

viernes, 2 de diciembre de 2011

Asiento treinta



















Dos versiones oculares de un poema incompleto:

a)

¿Quién se ajusta a un ojo
y se va como quien no ve?

b)

Quien se ajusta a un ojo
y se va como quien no ve...



Seguirilla rápida (y algo más) del genial Gerardo Núñez (no la pierdan de vista, contiene detalles excelsos de chelo)

jueves, 1 de diciembre de 2011

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Asiento veintiocho


























Se sabe que antes se hizo
una efímera pregunta:

¿por qué?



Soleá por bulerías de Guillermo Cano

martes, 29 de noviembre de 2011

Asiento veintisiete: 75





















Darse al hecho del deshoje
o a la persistencia viva
de ese árbol, Inés,
nos convierte en uno más,
en humus humano,
en variante de raíz,
en fruto servible.
Y que así nos lleve
la naturaleza,
con las cervicales
bajo la nieve,
con un lince de por medio.



Bulería de Mayte Martín

domingo, 27 de noviembre de 2011

Asiento veintiséis: para lo que otros escriben

Hoy soy quien leo a Ángel González.






















Mar de invierno. El agua gris
mancha de frío las rocas.
Tus piernas, tus dulces piernas,
enternecen a las olas.
Un cielo sucio se vuelca
sobre el mar. El viento borra
el perfil de las colinas
de arena. Las tediosas
charcas de sal y de frío
copian tu luz y tu sombra.
Algo gritan, en lo alto,
que tú no escuchas, absorta.

Son las gaviotas, amor.
Las lentas, altas gaviotas.






















Y quién escucha a Juan Pinilla en sus cantiñas dicho poema.


jueves, 24 de noviembre de 2011

Asiento veinticinco





















Llevo en un saco
el fuego,
el único que sirve,
el superviviente,
el único que vierto
y se extiende.
Lo llevo.
Y bien atado.
Reciente,
cogido con las manos.
Fuego para dar
forma de memoria
al barro.
Fuego maniatado no.
Fuego que dilata
con una última palabra:
ceniza.



Montse Cortés en Chanson Flamenca

martes, 22 de noviembre de 2011

Asiento veinticuatro: vías




















Tren,
una palabra
ya en desuso.
Si alguien viaja
dice AVE,
TALGO
o Cercanías.
Nadie dice tren
salvo un niño
o algún despistado
romántico.
Como tampoco se dice
vía muerta.

Queden pues,
los pies
como presencia
del viaje.



Fandangos de Antonio Rey

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Asiento veintitrés: candelecho

candelecho.

(De cadalecho).
1. m. Choza levantada sobre estacas, desde donde el viñador otea y guarda toda la viña.





















Del sur esta palabra:
candelecho.
De por donde el Genil surca hondo.
De cuando un racimo sujetaba el hambre.
Por donde Ellas venían,
por uno solo,
un racimo.
Porque alguien las vio
desde lo alto de un árbol.



Hace poco me contaron cómo detuvieron a su abuela y a una compañera por coger un racimo de uvas de regreso a casa. Por los años cuarenta. Tan solo pasaron un día en el cuartelillo. En la declaración fue un canasto. Fueron vistas por quien cuidaba las viña, un señor que estaba subido en un árbol, en candelecho.



Tientos de Juan Habichuela, a la voz, Josemi Carmona.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Asiento veintidós

























Único superviviente
hoy,
el vacío,
con rango de rascacielos.
Nunca, nunca,
el vacío
se lanzará
al vacío.



Serrana y jabegote de Rocío Márquez.

La nieve por tu cara pasó
pasó diciendo
donde no hago falta
no me entretengo.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Asiento ventiuno



























Un poeta hay
que dice
todo en el aire es pájaro
y sobre sí mismas
las cigüeñas,
en sentido antihorario,
me despiden
de ese instante
que pocas veces
se coloca en el cielo.
Sigo con ese poeta
se cierne lo inmediato
resuelto en lejanía.




Tanguillos de Pepe Habichuela & The Hollywood Strings

sábado, 12 de noviembre de 2011

Asiento veinte




















Hasta ahora
tenía
tu sangre
de pisapapeles,
de pisapiel,
sangre viva,
sangre embalsamada,
colisión de sangre,
erupción
de vértebras ya.
Hasta ahora.



Bolero de Falete

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Asiento diecinueve

























El boomerang
que a mi boca llegue,
tenlo, por más que seguro,
fijo por retorno.
Si hiere,
en grito hablará.
Si ama,
lo habré acondicionado,
sin duda,
el tiempo suficiente
de sabor
en mi boca
antes de transferírtelo
en igualdad de condiciones.
Si mata,
no lo dudes,
el boomerang
será tu hoz.




Bulería de Son de la Frontera


martes, 8 de noviembre de 2011

Asiento dieciocho





















Hay un balcón,
un precipicio,
una entrada al cielo.
Bandidos agazapados.
Hay de todo,
en este reino.
Por la tierra
ruedan
los perdidos aromas.
Por la tierra
respiran
las hormigas.
Un gajo de tierra
es lo que
cada día como.





Toná de Miguel Poveda

domingo, 6 de noviembre de 2011

Asiento diecisiete: sin mi silla




















Un percance,
un color fallecido,
ni de contrabando
lo hallo,
ni nada permeable
que demude mi rostro.



Siguirilla, Morao morao, de Moraíto chico.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Asiento dieciséis




















Que a partir del mar
mi voz se provea de remos.
Que a partir del mar
mi carga madure sobre un corcho.
Que mis dientes sean de sal,
a partir del mar.




Soleá de Renaud García-Fons

miércoles, 2 de noviembre de 2011

viernes, 28 de octubre de 2011

jueves, 27 de octubre de 2011

Asiento trece




















Como cimiento el suelo.
Salgo y no pido vez,
el esperma de una roca
fecunda también
el modo de ver.



Taranta de Sergio Monroy.

martes, 25 de octubre de 2011

Asiento doce

























Si tu brazo
no huele más allá de tu cuerpo,
si tu cuerpo
se mimetiza en campo,
si el toro
no te vacía el miedo,
si no quiebras el paso.

Su testuz será
la entrada a tu mano.


Oración, tema de Manolo Sanlúcar de su disco TAUROMAGIA

lunes, 24 de octubre de 2011

Asiento once: asiento incómodo.




















Una vez estuve en Belchite. Vi paredes agujereadas, techos de aire.
Edificios patrimonio de las balas, los obuses. De los abusos también.
Ruinas duraderas de valiente compostura. La guerra y su veloz descomposición.
La guerra y sus calabozos de ideas. La guerra y sus fines polvorientos.

No estuve en Sirte. E igual vi el desmán producido por la ansiosa artillería.
A partir de ahora, lo vivo pertenece a la estirpe del cemento.
No quiero estar yo en el censo del miedo. Ni que nadie esté. Y me es inevitable
que la memoria de esas paredes sea tan posesiva.
Mi pedir va por ver de nuevo las calles bajo su plétora de frutas.



Tona y debla de Mijita hijo.

Y a uno lo (a)marraban por la manos
y otros lo marraban por los pies
pero más grande era un castigo
y no le daban pan que comer.


sábado, 22 de octubre de 2011

Asiento diez



















Siéntate a mi vera.
Donde estés.
El aire ya conversa.
Siéntate.


Seguiriyas de Jerez, de Diego Clavel.

viernes, 21 de octubre de 2011

Asiento nueve



















Hay un bosque a lo lejos.
Me amenaza sin yugular.
Lo persuado,
intento vivirlo
aunque lo desprecien
por una rápida carretera.

Hubo un bosque a lo lejos.
Le bastó
morir por sí mismo.



Cabal del planeta, de Diego Clavel

no creo en nadie
no creo en nadie
no creo en ná
en este mundo
no creo que quede
ná de caridad

jueves, 20 de octubre de 2011

Asiento ocho

Qué lejos, qué lejos ya.
Sombras que descarrilaron.
Un árbol
siempre
consigo mismo.
Un árbol
y su máxima virtud:
acoger.





Farruca bailada de Ramón Martínez

miércoles, 19 de octubre de 2011

Asiento siete



















Hablo de lo que se va,
de lo que por la borda tiramos.
Rojo, blanco, añil, violeta
y negro.
Rosa, verde, azul, canela
y fuego.


Diego Carrasco, Nana de los colores.

domingo, 16 de octubre de 2011

Asiento seis



















Poco antes de ser ruina,
que no somos ya en el instante mismo.

En el escombro de aquello
que alguna vez los hombres habitaron.
También al paseante que los contemple.

Duelo del hombre con sí mismo,
con el arte, con la nada.
Matemática y ruina,
las cuentas nos saldan.
No dejemos de andar.



Soleá de Anoushka Shankar y Pedro Ricardo Miño

viernes, 14 de octubre de 2011

Asiento cinco



















La tierra y su horizonte.
Los matices de la espera:
que se doblegue el cielo claro
y la lluvia persista.
Como luz es aconsejable
un perímetro húmedo,
una voz sin aritmética;
un pequeño canto a la tierra
es suficiente. Es la esencia.



Soleá de Duquende con la guitarra de Chicuelo.

jueves, 13 de octubre de 2011

Asiento cuatro



















A dar con el horizonte
con el brazo solo
como dicha de alcance.
El ojo mira, la mano toca.
La escritura es una raya;
nosotros la moldeamos.



Soleá de José Menese.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Asiento tres




















Abrevar en el silencio.
Me da igual que éste tenga
forma de rastrojo,
o de nube, sementera, árbol
o de fin.
Silencios son, silencios sirven.

Vertiente mía la de ver,
elección callada ya, la de decir.
La tierra como gozo,
penumbra como tiempo.



Fandangos de Mijita hijo, a la guitarra Perico el del Lunar.

domingo, 9 de octubre de 2011

Asiento dos



















Entre tanto
una rama seca me da la espalda.

El estío diseñado en todo árbol
que pronuncia agua y que no le llega.

La encina en lo más alto y en lo más vivo,
la encina en su quemazón de años,
en sus desgajados capilares.
Pero la encina nueva y su granero de raíces,
continua forma de hablar del fruto.

Tengo siempre quien me habla por detrás
mientras ahondo suave hacia adelante.
Hablar y ser solo en el campo
empieza ya a ser categoría de pocos.
Porque,
¿quién la emprende con un árbol
que todos los días hace de fuente hasta el participio?
Vivido no es que pasen doscientos,
por poner un ejemplo en años, vivido
es entender que no hubo renuncia al frío,
que el sol jamás fue un enemigo
y que el agua, si amaga, ya es un sentir.
¿Y quién la emprende así ahora?




Soleá por bulerías de Rafael Riqueni.

viernes, 7 de octubre de 2011

Asiento uno




















Ahora me siento, o desde de pie,
igual me da,
desde mi silla de anea,
o junto a ella,
y oficio un tratado de mis ojos
a través de la palabra.

Todo lo que he escrito,
he de decirlo,
consume muy poco oxígeno.
Observo de lleno, no obstante,
que palabras, cosas y ojos
tienen un perfil alveolar persistente.

Así pues, solo un deseo me sacude:
escribir como quien respira.




Fandangos de Esperanza Fernández.